SOLEDAD DE UTOPIA -
LA INFELICIDAD DE UNA UTOPIA NO REALIZABLE
-La desgracia de quienes se han dedicado a formar un concepto de felicidad tan analizado que para lograrlo deben cumplirse una serie de “máximas” que lo harían palpable y que sin su cumplimiento esa felicidad no es tangible, es que se pasan la vida queriendo lograrla mientras les pasa la vida en el intento.
-Estos analistas idealistas, intelectuales, han pasado tantas horas reviendo y perfeccionando sus teorías, que se han convencido que las mismas son irrefutables. Están tan convencidos de que su “utopía” es el secreto del éxito y que la única razón por la que aun no la han realizado es porque todavía no se dieron los factores externos de la manera en que deben darse para que la “utopía” se cumpla, que no se dieron cuenta de que la utopía en si misma es insostenible. Y que la felicidad no es, ni máxima, ni constante. La utopía no es más que una idealización irrealista.
- La confusión lógica que surge de la convicción absoluta de que esa utopía es, no solo realizable, sino que el indiscutible cumplimiento certero de la felicidad; y la realidad mundana de que no se puede controlar ni lograr las bases necesarias para esa idealización, generan una inevitable frustración existencial.
- Si uno pudiera ser mas humilde, menos soberbio, tal vez lograría desmitificar la felicidad a un grado mas real y humano, y por lo tanto mas accesible. Ya que el universo no es lo que uno quiere que sea, sino lo que es. Los “utopistas” intentan evadir este concepto insistentemente con la soberbia convicción de que la utopía pretendida es, nada más y nada menos, que la “raison d’etre” a la que todo el mundo debería estar aspirando.
El miedo a la rutina, el aburrimiento y el estancamiento los convierten en escapistas por excelencia y los exponen a estados de depresión recurrentes, frecuentemente acompañados por la búsqueda de estimulantes emocionales como arte, la literatura, el sexo, las drogas y el alcohol.
- Para los idealistas que no han sido expuestos a una comprometida convivencia एमोसिओनल, la realidad es aun mas dura; ya que han ido alimentando la creencia de que la vida debe conformarse únicamente de sensaciones absolutas de un idealismo poco real e inmaduro; como el estado de enamoramiento permanente, el exitismo laboral en su máxima potencia, y la realización personal como una constante obtenida. Ni siquiera consideran la posibilidad de que esto no sea posible y pasan sus vidas buscando y descartando todo aquello que creen los podría llevar a esta realización. Midiendo y analizando personas y personalidades para ver cuanto encajan con lo que creen que necesitan.
-Este comportamiento los presenta al mundo como personas inconstantes y fóbicas que ni siquiera reconocen su comportamiento irracional e inestable.
Estos soñadores compulsivos son enamorados del amor. Se enamoran más de la sensación que les generan determinadas personas que de la persona en si misma; y aunque insistan en creerse fieles, su constante insatisfacción pasional no se los permite. Tienen la convicción de que su infidelidad es justificada y por lo tanto permisible.
(Viven sus vidas en función de sensaciones extremas y no sienten que deben responsabilizarse por lo que esto a veces genera en su entorno.)
Están tan convencidos de que así es como debería ser, que viven las necesidades y demandas de quienes los rodean como una carga indeseada que debería ser ajena a ellos. Estos idealistas se encuentran tan envueltos en analizar, reinventar y perfeccionar su utopía que viven en un estado de confusión casi permanente y van y vuelven en búsqueda de su realización ideal sin considerar las consecuencias que esto genera.
-La burbuja de idealismo que orgullosamente habitan y en la cual flotan por este universo los hace ver al mundo con una visión afectada que les permite sentirse por encima de los demás. Pero la realidad es que su superada evolución intelectual se encuentra seriamente condicionada por la irrealidad grandiosa a la que aspiran.
-El peso de su propia complejidad, que por un lado los enorgullece, a su vez los hunde.
-La mundana realidad es para ellos algo del que deben escaparse y su convicción de que su utopía es realizable los privara, en muchos casos ‘ad eternum’, de lograr la paz interior, la felicidad racional y la realización personal. Y así, la mitificación de la felicidad, termina siendo la desgraciada soledad de todo utopista.
viernes, 12 de diciembre de 2008
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