domingo, 14 de diciembre de 2008


REBOBINANDO….MARRUECOS


(Julio 2007)


Bueno, me había quedado pendiente el relato de Marruecos, y como muchos me reclamaron (y dado q no fueron, les puede resultar interesante), voy a hacer rewind y relatarles un poco...

Llegue a Tánger el jueves 5 luego de un largo viaje - que entre vuelo y escala sumó unas 24 horas.


Tanger es una buena elección para los viajeros que buscan aventurarse en otros mundos y culturas sin sacrificar enteramente los lujos y la comodidad de la sotisficación europea.
Esta estratégicamente ubicada en el norte de Marruecos, sobre el estrecho de Gibraltar - donde se unen el Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo (estrecho en el que mensualmente mueren un mínimo de 10 africanos que en precarias barcas intentan hacer el cruce a España y Portugal). Su preciada ubicación ofrece, además de una corta distancia a las principales ciudades europeas, un punto idílico para el comercio. Es por eso que Tánger (dentro de sus limitaciones de tercer mundo) es una ciudad bastante cosmopolita, donde se dan cita privilegiados de Francia, España, y sí, también Estados Unidos... entre otros.

Los tangerinos manejan - además de su léxico marroquí - el francés, el español y el inglés. Sin embargo cuando el pedido o la pregunta es un tanto más elaborada o urgente que lo común, no hay idioma que valga; porque la incomprensión no pasa enteramente por la mala comunicación, sino por el abismo cultural. El apuro, la practicidad, la exigencia, la comodidad del mundo moderno son conceptos que aún no han desembarcado en Marruecos.

El centro de Tánger es una "ciudad-villa". Sucia, ruidosa, desorganizada y carente de edificios de más de 4 pisos de altura. En Marruecos cada ciudad comprende en su interior otra ciudad, la ciudad vieja - o como le dicen los locales "la medina". La medina consiste de casitas y localcitos (los famosos del regateo) sobre callecitas peatonales que no respetan ningún tipo de estructura - todo rodeado de un antiguo, gran muro de piedra.
En los localcitos venden desde especies, hasta antiguos ataúdes tallados en madera; pero lo más común son los 'caftáns' (túnicas), las lámparas, cuencos, puffs, collares y zapatos. El regateo es la norma. Lo ideal es pagar 1/3 de lo que te piden, pero hay que
tener cara para ofrecerle un monto tanto más bajo del que te dicen y ellos además tienen olfato para reconocer a los inexpertos. Mi mayor mérito fue pagar US$ 40 por un caftan de gasa bordado por el que pedían US$ 150.

Saliéndose unos 15 minutos del centro de la ciudad existe otro Tánger. El Tánger de los extranjeros y los marroquíes privilegiados. El Tánger de colinas y callecitas angostas entre muros de "villas" (italianas, no porteñas – gran diferencia!) - casas majestuosas que no se pueden ver desde la calle -; de jardines extensos y elaborados y de arquitectura ecléctica con predominancia árabe, pero con marcados rastros italianos y franceses.
Es en esta zona que se encuentra la casa de mi tía. Su casa se encuentra ubicada en la cima de una colina a la que se accede zigzagueando por una callecita de puros muros en la que nunca estás seguro si te vas a topar con un auto que viene en sentido contrario.


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Bueno, ya estoy devuelta (me voy a dormir), faltan tan solo unas pocas anécdotas de Marruecos, la familia, las fiestas, las nuevas amistades, etc...Por ahora les mando esto, después veo que hago con los demás relatos.

Espero que hayan disfrutado viajar conmigo.

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